jueves, 25 de octubre de 2012

Rincones bonitos de Santiago (parte 1)


El centro no tiene demasiados, algún edificio colonial verdaderamente bonito y poco más. El centro es sucio, y (al menos en esta ciudad) se entiende claramente la diferencia entre los términos "viejo" y "antiguo". Santiago Centro es lo primero.

Pero claro, las zonas "benestants" son otra cosa. Por orden, Vitacura y Las Condes. Vitacura todavía no la he visto, pero creo que es zona de casitas tipo Sant Cugat más o menos, muchos árboles, grandes avenidas y  pocos rascacielos. Ni siquiera llega el metro, allí se va en coche propio (buenos coches) o en taxi ¿qué pensábais...?!

Las Condes es -para que nos entendamos- un Sarrià-Sant Gervasi, pero con un skyline más parecido a la Diagonal y una arquitectura muy moderna. Para que veáis lo que os digo:



En Las Condes todo es diferente: los edificios, las oficinas, los restaurantes y LOS PRECIOS!!!  y allí sí les deben dar cursos sobre la amabilidad al cliente, porque ciertamente es muy diferente. También las chicas son diferentes: más rubias, más altas, más delgadas y de tez bastante más clara.  En ellos no se nota tanto, pero en ellas...

Y obviamente los apartamentos tienen otro precio, pero también otra pinta. Y algunos tienen vistas a La Cordillera:


Para vivir aquí o en Vitacura hay que ser rico, directamente.

En Las Condes está el Parque Araucano, un gran parque con zona pic-nic, zona infantil, rosales, centro de exposiciones, un gimnasio caro y pijo, una gran explanada...




¿Recordáis el anuncio de Coca-cola de una osa polar con su pequeño osito?  Pues también están en este parque:


Y como las oficinas de la LAN (línea aérea chilena) están al lado, uno se puede tomar un café en las cafeterías restaurantes del parque viendo un trozo de avión, ¿cierto?


En fin, un trocito de naturaleza en la ciudad que resumo así... ;-))


1 comentario:

  1. ¿Sabes que a través de tus fotos se ve incluso mejor que en la realidad?
    Mira que he visto esos edificios y esos árboles y no les vi ese ángulo tan encantador.
    Sigue así, inmortalizando la belleza de lo cotidiano

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