jueves, 6 de diciembre de 2012

"La Miss Chile" amerita el post, de verdad.



"La" porque aquí a las féminas se nos coloca un artículo determinado delante. Somos la Encarna, la Karola, la Pamela...Pero no a ellos, solamente a nosotras. Me suena fatal esta distinción...

En fin, la Miss Chile ameritaba el post. Ameritar es un verbo que les encanta. Todo "amerita" alguna cosa.  Y  la portada de esta chica tiene lo suyo. 






Sí, lo habéis leído bien: "mis pechugas no me sirven para nada en Europa". Claro, por eso se las quita. A lo mejor es que en Europa esta moda de ponerse dos melocotones en almíbar o dos balones de fútbol ya va pasando...¿será que estamos un poquillo más avanzados?

Ideal de belleza latinoaméricano: apretás, pelo largo, con un trasero descomunal, con una falda muy, muy, muy corta, muy maquilladas, con unos taconazos (aquí "tacos") de ocho a diez centímetros -si no, una no debe de resultar femenina-, con unas pechugas más descomunales aún que la susodicha retaguardia. Y rellenitas, que donde hay carne hay alegría...;-)))

No es sólo un ideal de belleza, va más allá, es un ideal de femineidad, lo que para mí es bastante más peligroso. Recordad a Audrey Hepburn en alguna de sus películas: zapato plano, pelo corto a lo "garçon", delgadita, con un pantalón por encima del tobillo...Con su sonrisa bastaba. No creo que nadie en su sano juicio dijera que Audrey no resultaba femenina con aquel aspecto. ¿La tenéis en mente? Bien, pues ese es el tipo de chica que aquí no veréis.

La facies-pija-adinerada de aquí: de ascendencia europea, así que también pueden ser rubias y claritas de piel. Eso sí, se llevan más las morenas. Pelo liso, el liso es condición sine qua non tanto si eres de las ricas o de las indígenas. Tacos, obviamente. Tan altos que algunas (la mayoría) caminan como patos mareaos añadiendo la dificultad que sus minifaldas les imponen.

Nada que ver con la Santcugatenca adinerada (o la que hace creer que lo es): rubia con mechas, pantalones Aninoto, camisetas con algo que indique que son de marca Prada o algo así, bolso Louis Vuitton o Carolina Herrera...

En cambio, os describo la que se ve en mi barrio, que no es Vitacura precisamente: gordas, apretás como morcillas, con mallas, morenas de piel y de pelo, más bajitas que yo, y gallinas escandalosas en cuanto abren la boca...Y bastante feas, alguien me comentó que las chilenas "normales" no son guapas. Os lo confirmo: no lo son, por una chica guapa ves quince que son bastante feíllas...

Y lo mejor son los nombres. Lo más normal es Martha, (sí, con h), Patricia o Verónica. Cosas más exóticas pero que se oyen mucho más son Denise, Karen, Nancy, Dayana, Gladys...No me cuadra con el aspecto que tienen, de verdad.

Cuando me paseo por Las Condes, el Golf, Escuela Militar o Vitacura no destaco. Pero en cuanto salgo de mi casa para coger el metro y me voy de Plaza Italia para abajo (distinción que los propios chilenos hacen), el mundo es otro. No hace falta que abra la boca, no pego con el barrio y punto. No sé si es mi blancura de piel y palidez, la manera de caminar, la falta de tacones, mis vestiditos, o mi porte. Soy muy europea y muy fina si me comparo...Vamos, que no he ido a hacer fotos a la Plaza de Armas y a La Moneda porque si además añado la cámara fotográfica voy diciendo "robadme, please, que soy extranjera..."


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sábado, 1 de diciembre de 2012

Quintay: aves, pescadores, buzos, ballenas.



Os presento a Quintay: pueblito -precisando más, una sucesión de casas, no hay pueblo como tal- pesquero, cuatro o cinco restaurantes, y casita de fin de semana para santiaguinos estresados, imagino. Necesitábamos salir, coger un coche de alquiler y ver algún paisaje que no fuera esta fea ciudad. Necesitábamos aire, cielo azul, mar, color.





Las que se ven en primer plano, las casitas de los pescadores. Las del fondo, algo más segunda residencia. Cuando los pescadores varan sus barcas limpian el pescado, lo entregan al restaurante, y suben a su casa a tender su  mono de trabajo. Bueno, antes acercan sus restos a la playa donde un montón de gaviotas se amontonan para comer. En la naturaleza, todo es aprovechable. Aquí veis gaviotas y pelícanos, aunque éstos últimos no se peleaban demasiado por los restos, ¿mayor status aviar, quizá?????





Y los turistas, hacemos cosas de turistas. Es decir, degustamos sus platos de pescado. Altamente recomendable, teniendo en cuenta que en este país se consume tantísima carne y tan poco pescado.  Por cierto, que la carta del restaurante era la que os enseño aquí. Me gustó la sencillez, te acercaban la pizarra, y elegías. ¿Para qué complicarse?





Mientras comes, puedes ver a los monitores de buceo haciendo sus inmersiones, algo que yo nunca haré, ya que ya sabéis que el agua no es ni será nunca mi elemento.  Fijaos en la curiosa bandera de su embarcación:


pirata con gafas de buceo, ¡curiosa combinación!!!!

Después, paseo hasta la antigua ballenera de este pueblo, la más importante de Chile, ahora reconvertida en museo y lugar de concienciación en contra de su caza.  El guarda de las instalaciones es un antiguo trabajador de la misma, chileno pobre, trabajador, hombre sencillo que despiezaba ballenas, y que posiblemente no haya conocido otra vida. Creo que ese es el verdadero chileno, no la gente que me encuentro cada día en Santiago.

Unos datos curiosos de entre los muchos que te enseñan sobre los cetáceos:

- tienen un millón seiscientos mil kilómetros de vasos sanguíneos.
- sus latidos pueden detectarse a unos 3 km de distancia.
- sus sonidos pueden recorrer TODO el océano Pacífico, porque tienen la misma potencia que los motores de un Jumbo 747 cuando despega.


Y por el caminito de vuelta a la playa y a los restaurantes, cosas tan curiosas para un español como ésta. Recordad que esto no es el Mediterráneo, sino todo un océano, y que Chile es sísmico. Es importante saber por dónde te puedes escapar de un tsunami (están señaladas las zonas de amenaza y las vías de evacuación).





Espero que también os guste el contraluz que las telarañas hacen al atardecer:


















Y que por supuesto, os guste esta niña que jugaba en la playa solita. Le robé una foto con todo el disimulo que pude a muchos metros de distancia y a todo lo que daba mi objetivo de 105, que no es en absoluto un teleobjetivo. Aún así, con algún retoque, la foto que le saqué me gusta. Ahí os la envío, junto con mis besos blogueros.








miércoles, 28 de noviembre de 2012

Claro, la noche les confunde...



Hoy, como cada día, me he pateado otro trozo de ciudad para visitar empresas de selección. Como necesitaba cambiar, antes me he ido a ponerme todo lo guapa que puedo ponerme -tengo muchas limitaciones- para ir a dar buena impresión. Quizá sea cierto eso de que cuando las mujeres tienen un cambio de vida se van a la pelu...He decidido que se acabó el pelo casi a la cintura, me he puesto flequillo, me he pintado las uñas de rojo...y a patearme calles y calles. Se me van a poner unos gemelos que para qué...Si estuvieseis en mi lugar también caminabais.  Casi todo antes de desmayarme de puro calor en el metro y de soportar más pisotones y empujones...

Y cuando venía, reventaita yo, en la calle de al lado de mi apartamento, he visto esta pintada. No he podido dejar de enviárosla, para que tengáis una experiencia vital tan intensa como la mía cuando la he visto. ¿Recordáis aquella Miss que dijo que Confucio era el inventor de la "confusión"?  Pues no sé si era Miss Chile, pero claro, no me extraña que estuviera "confundida" si hacía casos de lo que se va leyendo por las paredes. 





Buenísimo, de verdad. Aquí no solamente se lavan y planchas "bluzas" en la tintorería, sino que se comen "lazañas" y se toman "tizanas".  Pero qué problemón tienen con la ortografía en esta parte del mundo. No, si les hace muy dulces eso de pronunciarlo todo con s, pero no estaría de más que muchos de ellos aprendieran a escribir...Quizá lo de la educación tendría que empezar por escribir bien el nombre de los filósofos que dicen leer...


jueves, 22 de noviembre de 2012

Cuando la tierra tiembla...es como un flan.



Exactamente eso, los edificios tiemblan como un flan. Es decir, vosotros cogéis un flan, lo desmoldáis en un plato, y el platito en cuestión lo deslizáis sobre la mesa dibujando círculos pequeñitos.  Bueno, pues los edificios se mueven igual. El apartamento se movía como el flan, sólo que uno está "en medio" del flan.

Es la mejor manera en la que lo puedo explicar. Ayer a las siete menos veinte el temblor que hubo con epicentro en la comuna de Navidad (en la costa pacífica, a 170 km de Santiago, 5.6 Richter), llegó a Santiago con intensidad 3 más o menos. En el pueblito (que se llama Navidad, tal cual) llevan como trece temblores en tres días, y unos cuarenta en un mes.  Se llaman enjambres sísmicos (es decir, temblores repetidos). Los expertos opinan que son réplicas del terremoto del 2010, otros en cambio opinan que son precursores de un terremoto mayor.  Me parece a mí que este pueblo va a desaparecer del mapa como siga así, yo no estaría tan tranquila si fuera navidaína....

Francamente, fue una sensación muy desagradable. Si en el piso siete se notó (y llegó a Santiago con una intensidad muy pequeña), no quiero ni pensar en un piso quince o veinte. Duró entre cinco o diez segundos, no me gustaría vivir uno más largo o más intenso que con uno como el de ayer ya tuve bastante. Estaba tumbadita en la cama cuando mi suelo se movió, mi techo se movió y mis paredes se movieron. Se mueve el conjunto de tu casa. Lo dicho, desagradable en el mejor de los casos; suponiendo que no revista peligro, que ya serían palabras mayores.

Así que siguiendo los consejos de una oriunda del lugar (señora del bar de comidas de abajo), he preparado el "kit temblor", el cual os presento a continuación:



A saber, la botellita de agua potable, la linterna de minero, algo tipo mantita o un jersey (la temperatura cae, según esta señora). Eso lo tengo al lado de la cama, donde una deja las zapatillas cuando se acuesta. Al cestito añades el teléfono móvil y la cartera o bolso (tu identificación y tu dinero ayudarán) cuando estás en casa durante el día y por la noche antes de acostarte.  Cuando notes el temblor agarras la cestita -cual Caperucita-, y te vas debajo del quicio de la puerta de entrada a tu piso. Si las otras paredes se caen, ésa es la que más aguantará.  Y si se va la luz, la de la escalera y la vía de evacuación son las que antes regresarán.

Otra sana costumbre es (siguiendo siempre sus indicaciones) dejar un pañuelo (fulard o algo así) atado en ambos pomos de la puerta de tu habitación, uniendo uno con otro, el anverso y el reverso de la puerta en cuestión. No es una tontería, eso hará que la puerta no se cierre. El problema es que cuando el temblor es de cierta magnitud las puertas se cierran, las paredes y los marcos se mueven y atrancan la puerta, de manera que no se puede abrir. Esta señora vive en un décimo séptimo piso, y ha vivido el terremoto de intensidad 9 del 2010, entre otros muchos. Gateó por el suelo y llegó a la puerta, pero ésta estaba atrancada. Así que os aseguro que no me lo decía en broma.

Había un señor con ella, amigo suyo, que vive con unos catalanes en el edificio, creo que también de Barna. Estos catalanes batieron el récord mundial de velocidad bajando escaleras en el último temblor que hubo...

Pues claro, es que Barcelona no tiembla...




jueves, 15 de noviembre de 2012

"Para un viaje seguro (...)



(...) utilicen siempre pasamanos o manillas"

Este mantra lo repiten una media de tres veces entre estación y estación de metro. Claro, porque si no, los pasajeros se matan.

¿Quién demonios les ha enseñado a conducir?  En Barcelona el metro se desliza, que lo sepáis. Aquí el metro se conduce al estilo chileno, igual que los taxis. Brusco sería un adjetivo muy clemente para su manera de conducir. Claro que nos tenemos que agarrar de las "manillas"  (lo siento, me suena a manilles en català y me hace gracia, lo asocio a las esposas, no puedo evitarlo); nos tenemos que agarrar porque si no no ganarían para pagar por pasajeros nuevos...

Y qué europea soy, pensar que aquí los metros deberían tener menos barreras arquitectónicas.  Este NO ES PAIS PARA VIEJOS. Ni para impedidos. He visto escaleras mecánicas en solamente dos estaciones de la línea roja, la más moderna y guay, según creo. En las demás líneas ni se me ocurre pensarlo. ¿Ascensores?  Pero ni que esto fuera Europa, hombre!!!!

¿Aire acondicionado?  Ja, ja y más ja. Los metros en la "rush hour"  (porque son muy americanos ellos y todo lo americanizan) van repletos como en Tokio, sólo que sin tipos con guantes blancos que te empujen respetuosamente. O sea, sin un centímetro de espacio vital no invadido. A eso, añadidle que no hay aire acondicionado. Perdón, sí lo hay: ventanillas abiertas en los metros que lo que provocan es un ruido ensordecedor dentro del vagón, al punto que hace imposible mantener una conversación con alguien.

Pero qué quejica soy, por Dios!!!  Me olvidaba que también tienen ventiladores en los andenes con unos chorritos adosados por los que tiran agua atomizada para que no caigamos redondos de una lipotimia o muramos deshidratados...

Y vosotros, queridos españolitos, pensareis: bueno, pues coge el autobús. Je, je, qué graciosos...Las colas de los autobuses son kilométricas, tranquilamente pueden haber treinta o cuarenta personas esperando un autobús. Autobús, que por otro lado, no tiene un itinerario en ninguna parte. En su parabrisas frontal lleva un cartel con cuatro o cinco nombres de zonas por las que pasa. Y eso es todo.  ¿Una marquesina?  ¿un plano de situación que te ubique? ¿un itinerario de la línea en concreto?  Insisto, pero qué bien acostumbrados estáis, puñeta. Corred un tupido velo por vuestra mente cada vez que os aparezcan esos malsanos pensamientos europeos de gente civilizada y transporte público digno...

Cada vez que pienso que en mi Barna hay hasta una pantallita que me dice cuantos minutos quedan para el siguiente, o que puedo pedir información por sms...Cada vez que recuerdo mis Ferrocarrils de la Generalitat...

A cambio, debo decir que en unas cuantas estaciones de la línea roja (recordad, la guay) hay azulejos bonitos, que hacen la estación más agradable. Bueno, algo es algo. Claro que preferiría una mejor atención al cliente, un plano de metro en las taquillas, una pantalla con información horaria, una tarifa fija que no cambiara dependiendo de la hora en que decidas viajar, unas normas de urbanidad que dictaran que se debe bajar o subir siempre por tu derecha -más que nada para evitar choques consecutivos con la marabunta que va en sentido contrario al tuyo-, en fin, detallitos sin importancia....

Bueno, ahí las fotos que he hecho con el móvil para que las veáis:







miércoles, 14 de noviembre de 2012

Entorno hostil, singularidades amables: ENEE (II)



Este es un país desagradable con singularidades amables.  Me he encontrado en este mes personas verdaderamente amables y acogedoras. Ejemplo: el peluquero del barrio (un chaval joven encantador), la esteticista que trabaja en esa misma peluquería, la señora que tiene un bar de comidas en el barrio y ofrece comida casera y barata...

Singularidades.  Pero el país en su conjunto (matizo: la capital en su conjunto, dado que el país es enorme y yo sólo conozco Santiago) es DESAGRADABLE, HOSTIL, DIFICIL Y RUIDOSO.

Ayer a las ocho de la mañana ya estaba una multitud manifestándose al lado del metro, el ruido ya despertaba a dos cuadras (a dos manzanas, como habéis deducido). ¿Qué pedían?  pues no lo sé, pero había muchas pitadas, muchas pancartas y muchísima aglomeración. Cuando cogí el metro sobre las once de la mañana se me acercó un hombre con una pancarta que rezaba "Si la economía va bien, el trabajador no recibe dinero". De lo que deduje que se estaban manifestando por los bajos salarios. ¿Qué hacía el hombre de la pancarta a la entrada del metro?  Atención: pedía dinero con un vaso de plástico al que le hacía sonar las monedas.

No, no lo entiendo. Tienes todo el derecho a manifestarte si tu salario no es digno, pero pedir dinero a la entrada del metro bajo esa consigna no. Eso es ser pedigüeño, no defender una causa.

Por la tarde, esa misma aglomeración estaba justo debajo de mi edificio, cruzando la calle. Pero esta vez no se estaban manifestando, estaban bailando. Había un tinglado, un tipo que cantaba canciones de Luis Miguel y gente bailando. Fiesta desde las dos de la tarde hasta las siete, más o menos. "¿Por algo en especial?" pregunté a los porteros. "No, por nada" me contestaron. Son así, por la mañana me quejo y luego me voy de fiesta (aquí, "carreteo"). Porque les encanta la fiesta, el jaraneo, y sobre todo, beber.  Beben como cosacos. Estoy segura que a las seis de la tarde más de uno y más de dos ya habían perdido el mundo de vista. Pero a ver, ¿esta gente no trabaja? ¿no tiene obligaciones?

Y por la noche, cuando ya una está dormida, aparece un grupo de unos cincuenta o sesenta manifestantes (estudiantes por las banderas que ondeaban) armando jaleo a las dos de la mañana. Cruzaban la calle de arriba a abajo, pitando, gritando y coreando: "Gobierno, escucha, Chile es digno y lucha".

Dos precisiones:

- No los estaba escuchando el gobierno, los estaban escuchando los vecinos.
- Defiende tu lucha manifestándote durante el día, no a las dos de la mañana. Eso simplemente es querer molestar, y si yo apoyaba o entendía la causa que defiendes, me has quitado todas las ganas.

En este país no falta el acceso a la educación, falta la educación, a secas. Y la urbanidad y el respeto por el prójimo, a capazos. El acceso barato o caro a los estudios es otra cuestión, y nada tiene que ver con la educación. Esa se lleva o no de serie, con carrera universitaria o sin ella.

Individualismo a ultranza. Lo detectas en todo: cuando vas a comprar, cuando coges el metro, cuando tomas un café....Es una sociedad enferma, y eso no lo digo yo. Lo dijo el otro día una psicóloga en la televisión nacional de Chile. El asunto en cuestión es que evaluaban si los chilenos se sentían felices o no, y los motivos de su felicidad. Un ochenta por ciento se sentían felices; a la pregunta de los motivos de tal felicidad argumentaban la familia, la pareja, los amigos...Lo llamativo de la encuesta eran sin embargo dos porcentajes más, los que hacían referencia a si conocían a sus vecinos o a su entorno próximo, y si confiaban o tenían trato con sus compañeros de trabajo. Salieron porcentajes tan altos respecto al no, que la psicóloga afirmó que eso crea una sociedad que no se comunica, una sociedad enferma. Viven en su pequeña burbuja de familia y amigos, pero no hay sentido de comunidad. Quiero creer que eso sólo pasa en las grandes ciudades y no en los entornos más pequeños o rurales.  

Chilenos del mundo, españoles que andáis por Chile: dadme un poquito de esperanza y hacedme creer que solamente es Santiago la sociedad enferma, poco solidaria, tercermundista, irrespetuosa, sucia y mal encarada que yo he conocido. O igual es el barrio, que verdaderamente es chileno. Porque estoy casi segura que en barrios habitados por europeos la cosa es distinta. Me tengo que ir al barrio "bien", al barrio habitado por gente cuyos apellidos, creedme, no son Lópes o Gonzáles, sino Monckerberg o Rondfelt. Pero es que, lamentablemente, eso es vivir en una burbuja de gente bien, de gente de otro nivel. El grueso de la ciudad no son los Rondfelt o Jensen, son los otros. 





viernes, 9 de noviembre de 2012

carabineras, pero bien maquilladas....




Siguiendo con este perfil del país (las mujeres tienen que ser lindas, sí o sí), hay noticias tan curiosas que no sé como reaccionar.  

El otro día salió en el telediario de la televisión nacional de aquí la gran noticia: un fotógrafo neozelandés se había dedicado a fotografiar a las carabineras de Chile por ser tan lindas. La noticia, obviamente, tenía un orgullo patrio...Yo me pregunté: ¿son todas tan lindas?  ¿debe de haber de todo, cierto? La gracia del asunto es que a las carabineras de Chile -ya desde su instrucción- se les enseña a maquillarse. Sí, a maquillarse. Se les explica qué tono de labios va bien con el uniforme verde, qué sombras de ojos...

Yo no puedo dejar de alucinar con estas cosas. Que cada una vaya a su trabajo -sea cual sea- maquillada o no, es una opción. Es precisamente eso, una opción. Por definición, se puede tomar o no. Hay que ir limpia, dignamente vestida (en el caso de que no haya uniforme establecido), pero....¿maquillada?  

A mí toda la impresión que me queda es que verdaderamente la presión ejercida aquí sobre las mujeres por ser guapas (aquí, "lucir lindas") es fortísima. Da igual si una se dedica a disolver manifestantes, a vender billetes de metro, o a ser mucama (eufemismo: aquí las nombran a veces asesoras de hogar). Una tiene que lucir linda y maquillada, y punto. Una tiene que gustar al hombre. Lo siento, es esta mi impresión. Aquí hasta la más humilde de las mujeres lleva una manicura que yo no he tenido en la vida, para mí eso ya es sintomático...No se trata de abandonarse físicamente (absolutamente en contra, hay que intentar dar buena impresión), pero ¿que acaso no existen otras virtudes que los hombres pueden encontrar atractivas en nosotras a bote pronto?  ¿solamente si nos hemos pintado los labios o no?  Sector masculino: decidme que no, please. Yo entiendo que el físico es lo primero que entra por los ojos, pero....

Os he buscado la noticia en vídeo para adjuntarla, pero no la he encontrado ni en youtube, ni en el canal.  Lo que sí he encontrado es esto: el anuncio de licitación para vender el set de maquillaje para las alumnas carabineras, para enseñarlas a "lucir lindas" en los actos protocolarios. Pues eso.

http://www.mercadopublico.cl/Procurement/Modules/RFB/DetailsAcquisition.aspx?qs=J8+JpgpN6lvGLI7wPXfxDA==


¿Debo empezar a maquillarme y a hacerme manicuras para pedir trabajo? Por aquello de que allá donde fueres, haz lo que vieres...